Astrid Castellanos Correcha

Un Grito por la Vida y la Dignidad

Hoy, 10 de septiembre, conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Más que una fecha en el calendario, es un llamado a la acción, a la empatía y a la conversación. Desde mi rol como médica y defensora de los derechos humanos, he vivido la silenciosa lucha de muchas personas contra el dolor emocional, un dolor que a veces se siente tan abrumador que anula la esperanza.

El suicidio no es un tema del que debamos avergonzarnos de hablar. Es un problema de salud pública complejo y de muchos factores que requiere una respuesta integral por parte del Estado y la sociedad. Afortunadamente, en Colombia hemos dado un paso gigante.

La reciente Ley 2460 de 2025, que actualiza y fortalece la anterior Ley 1616 de 2013, es una gran apuesta del Gobierno del Cambio a la salud mental de nuestro país. Esta ley es una promesa de esperanza. Con un enfoque integral, preventivo y territorial, prioriza a las poblaciones más vulnerables, asegurando la inclusión de todos y todas. La creación de una subcuenta presupuestal y un sistema de información son garantías de que este compromiso es una realidad palpable.

Como docente y lideresa social, siempre he creído en el poder del acompañamiento y la escucha. Si la salud mental es un derecho humano, entonces la prevención del suicidio es su defensa más profunda. Es un acto de humanidad.

La Ley 2460 es un reconocimiento del gobierno nacional a la importancia de la salud mental de todos los colombianos y colombianas. Es una victoria para quienes luchan en silencio, y un recordatorio de que sus vidas importan, que sus voces importan.

Si estás pasando por un momento difícil, por favor, busca ayuda. Habla, levanta la mano. No estás solo o sola. Mi camino ha sido y sigue siendo el de la escucha y la acción. En todos los espacios donde he estado y donde esté, estaré para tenderles una mano y para luchar por sus derechos. Cuenten conmigo.

Por la Vida y la Dignidad

¡Mi Voz es su Voz!

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